Ante la actual situación económica de Venezuela con un panorama poco prometedor en materia de ingresos por concepto de exportaciones petroleras y no petroleras, el próximo gobierno deberá definir una estrategia audaz y certera para lograr expandir las actividades no petroleras que generen inversión, trabajo, producción nacional y divisas.
Bien es sabido que los futuros presupuestos ordinarios serán exiguos y ni hablar de los que correspondan al sector turismo (el cual representa una de las vías más expeditas para generar divisas), por esta razón habrá necesidad de ser muy creativos para poder impulsar la inversión sin comprometer los escasos ingresos y promoviendo simultáneamente la reducción de la monstruosa deuda externa que vamos a heredar y que por la vía petrolera no podremos pagar.
La Conversión de Deuda Externa en Inversión es un mecanismo muy usado en otros países con problemas similares a los de Venezuela, el cual manejado en forma transparente, con políticas publicas coherentes y una buena base legal (Nueva Ley o Decreto Presidencial, o adecuación de las existentes, según sea más conveniente al país), permitiría que buena parte de dicha deuda externa pueda ser capitalizada por los acreedores internacionales a través de inversiones productivas públicas o privadas dentro de Venezuela.
Todavía no tenemos certeza de la verdadera y total deuda externa venezolana, pero imagínense que llegue a unos 250 mil millones de US$, y que podamos convertir en inversión un 30%, es decir unos 75 mil millones de US$, con los cuales podrían desarrollarse las siguientes obras de infraestructura y estructura:
- Nuevo Aeropuerto Internacional de Caracas-Oriente. Localizado en Merecure-Edo. Miranda (Según los estudios de localización realizados por el entonces Ministerio de Transporte y Comunicaciones), como Aeropuerto publico bajo concesión privada. Puede incluso plantearse una empresa mixta para su posterior administración. Este aeropuerto podría construirse en unos 5 años y estar listo para el relanzamiento de Venezuela como destino turístico internacional, además, generaría muchísima mano de obra y estimularía la deprimida región de Barlovento.
- Aeropuerto Internacional de Guayana, localizado entre Ciudad Bolívar y Puerto Ordaz, importante proyecto para el desarrollo del turismo internacional receptivo sostenible, el cual apoyaría el desarrollo económico de dicha región. Al igual que el anterior este sería un aeropuerto público de administración privada.
- Privatización, ampliación y modernización del Aeropuerto Internacional de Margarita, para adecuarlo al amplio desarrollo que tendrá el estado Nueva Esparta con el renacer del turismo sostenible en Venezuela.
- Privatización, ampliación y modernización del Aeropuerto Internacional de El Vigía, con miras a convertirlo en el motor del turismo internacional receptivo hacia los Andes venezolanos. Esta obra requerirá otra complementaria: La Autopista El Vigía – Mérida, la cual puede hacerse en modalidad de Conversión de Deuda y simultáneamente en Concesión por 30 años para que puedan los inversionistas recuperar su inversión.
- Puerto de Cruceros en el Oriente del país (Margarita o Cumaná), destinado a captar buena parte de los operadores internacionales que actualmente no vienen a Venezuela por distintos motivos, pero que en el pasado utilizaban a La Guaira como principal destino en Suramérica. Este proyecto vitalizaría la región de oriente y en el caso que se decida localizar en Cumaná, ayudaría significativamente al progreso de uno de los estados más pobres de Venezuela, pero lleno de recursos naturales e históricos importantes para el turismo; también generaría una importante fuente de empleo e inversiones privadas en servicios complementarios. A los fines de la recuperación de la inversión sería necesario y conveniente que fuese un puerto público de administración privada.
- Terminales de Ferrys en Margarita, Puerto La Cruz, Carenero y La Guaira, los cuales permitirían desarrollar la primera etapa de la Autopista Marítima Venezolana y fomentarían la inversión en nuevas empresas de Ferrys o en la modernización de las actuales.
- Ferrocarril Valles del Tuy – Maracay – Valencia – Puerto Cabello. Concesión para su culminación combinado con Conversión de Deuda en Inversión.
- Hoteles de 4 y 5 estrellas en las principales zonas turísticas de Venezuela (Margarita, Puerto La Cruz, Cumaná, Caracas, Morrocoy, Maracaibo, Mérida, Valencia y Puerto Ordaz, entre otras), en programas de inversión coordinados con las gobernaciones de estado y Alcaldías.
- Parques Recreacionales en sus diferentes modalidades (Acuáticos, Mecánicos, etc.)
- Centro de Convenciones y otras obras de impacto para el desarrollo del turismo.
Si se hacen las cosas bien, y con suficiente contraloría, podemos lograr que nuestro país salga del abismo económico actual y en menos de 10 años estar recibiendo 2 o 3 millones de visitantes internacionales. Por supuesto, no solo con inversión y buenos proyectos vamos a recuperar al país, también se requerirá recuperar la seguridad (personal y legal), definir criterios claros de facilitación en los procesos, y trabajar seriamente en capacitación, calidad de servicio y sostenibilidad conjuntamente con todos los actores públicos y privados de la actividad turística.
Willian J. Bracho