De acuerdo a estadísticas de la Organización Mundial del Turismo, la rentabilidad de la actividad compone el 9% del PIB en el mundo, similar a la meta que para el 2019 aspira el Ministerio de Turismo de Venezuela que alcance el país, sin embargo, para los expertos dicho objetivo podría estar aún fuera del periscopio nacional.
El profesor Rafael Rodríguez Acevedo, coordinador académico de las cátedras de Turismo, Hotelería y Gestión de Hospitalidad del Núcleo Litoral de la Universidad Simón Bolívar, considera que en el país la visión de turismo ha sido históricamente recreacional y no la de una actividad transversal de origen, potencialidades y alcances prioritariamente económicos de largo alcance.
«Un séptimo de los habitantes del mundo se dedican a hacer turismo, ello genera una cifra de inversiones importantes desde el punto de vista del encadenamiento económico. Desde el año 1992 muchos países trabajan sobre la base de la sostenibilidad de la actividad porque se dieron cuenta de que el modelo reinante era el intrusivo, masivo y deformativo. Llegamos tarde a la incorporación de esa sostenibilidad. La actividad turística, hasta ahora apegada al modelo Mediterráneo, en el país debe ser resocializada y ello implica mayor financiamiento del Estado para instaurar un modelo de calidad, equilibrio y respeto al ambiente», argumentó el investigador venezolano, coautor del proyecto ganador del Premio Nóbel de la Paz 2007.
A juicio del académico la Ley de Fomento del Turismo Sustentable aprobada vía Habilitante y publicada por Decreto Presidencial en Gaceta Oficial el 18 de noviembre de 2014 no contempla el financiamiento para instaurar el modelo en el país. «Según este paradigma, el Estado debe asumir la generación de energías limpias para dar vida a proyectos de mayor nivel y las autoridades deben estar preparadas presupuestariamente para eso, de otro modo el proyecto se convierte en letra muerta», alertó.
Luis Vidal, presidente de la (ONG) Organización Venezolana de Turismo y Deportes de Aventura (Overtuda), coincide con Rodríguez, al tiempo que estima que el país debe entrar en el juego global porque países como Colombia y Brasil ya han dado el salto.
«En Venezuela, el Turismo Deportivo se ha incrementado en aproximadamente 80%, desde hace unos 8 años cada vez se realizan en el país más competencias de alto nivel, así como campeonatos de deporte extremo. Igualmente el Turismo Religioso, con las visitas internacionales a la Virgen de la Divina Pastora, La Chinita y la Virgen de Coromoto, por ejemplo, es una actividad rentable, no explotada debidamente. El país vive del turismo corporativo y en los medios no se publicita el receptivo sino el emisivo, eso debe cambiar».
Desde hace un año, se aprobó la Ley de Fomento del Turismo Sustentable, recordó, con el objetivo de promover y desarrollar el turismo sustentable y responsable como actividad comunitaria y social, que plantea transformar el Sistema Turístico Nacional, impulsando el respeto al medio ambiente, a la diversidad biológica, a las áreas de especial importancia ecológica y a la preservación de las culturas populares.
«Pero la difusión de esta Ley no se ha realizado eficientemente», alertó Vidal, «los profesionales del turismo, operadores de servicios turísticos, guías de turismo, consejos comunales, emprendedores y demás actores ligados al sector en Venezuela aún desconocen sus alcances y las nuevas normativas por las cuales se rige el turismo en el país».
Igualmente, busca la rentabilidad de la prestación de los distintos servicios e incluye novedosos conceptos de formas de hacer turismo, como lo son: el acuaturismo, el ecoturismo, el etnoturismo, el agroturismo, el turismo de aventura y el turismo rural y urbano.
También promueve la organización de las comunidades, la creación de empresas de producción social, el apoyo a emprendedores y entidades públicas y privadas para la prestación de servicios turísticos y asegura que les apoyará con asesoría y promoverá la inversión en el sector turismo sustentable, especialmente cuando esté dirigido a comunidades menos favorecida.
Aseguró Vidal que la Ley no puede ser aplicada porque no cuenta con un reglamento y ello continúa frenando una actividad que podría convertirse en el primer generador de ingresos al país.
«El turismo se vende con competitividad y en Venezuela lamentablemente no lo somos. Tenemos los destinos adecuados, nos sobran pero más allá de la promoción internacional debemos generar la calidad del recurso humano para atender al turista. El mundo se vende certificado, la capacitación, la reglamentación, y la certificación son los sellos de calidad que hacen que un país sea vendible entre los destinos más seguros y codiciados turísticamente, en el Globo», explicó.
Aunque considera que la Ley de Fomento… es un avance, observa Vidal que la Ley sola sin el apoyo institucional necesario no generará grandes cambios a la actual situación.
«Es lamentable, pero en los medios que publicitan turismo se vende el emisivo, muestran destinos externos para que la gente vaya a visitarlos pero no ocurre igual con el receptivo. Venezuela tiene entonces un centro comercial con las tiendas vacías. La responsabilidad es, entonces, de todos en este sentido pero las autoridades deben activar el mecanismo para sumarnos a la moderna manera de hacer turismo y vender destinos, esa es una lucha de años», alertó Vidal.
A su juicio, la seguridad jurídica, económica y humana es fundamental para el sector.